Trastorno de control de impulsos

Los trastornos del control de impulsos engloban problemas de lo más dispares, pero todos tienen en común tres (3) síntomas que nombraremos a continuación:

1. Fracaso de la resistencia de un impulso, deseo o tentación de llevar a cabo un acto negativo para él o para los demás.

2. Sensación creciente de tensión-activación justo antes y durante la acción que se realiza.

3. Una vez que se produce el acto impulsivo, aparece en primer lugar una liberación o gratificación y en segundo término la culpa y la pena por el acto que se ha realizado.

Trastorno de control de impulsos

Empezaremos con uno de los más conocidos a nivel social por aparecer en prensa, programas y películas, la cleptomanía.

Según la clasificación de la Organización Mundial de la SALUD en el C.I.E. 10, o en la Asociación Psicológica y Psiquiátrica Americana en el D.S.M IV, para poder diagnosticar este problema tendrían que aparecer los siguientes puntos:

A. Dificultad recurrente para controla los impulsos de robar objetos que no son necesarios para el uso personal o por su valor económico.

B. Sensación de tensión creciente inmediatamente antes de cometer el robo.

C. Bienestar, gratificación o liberación en el momento de cometer el robo.

D. El robo no se comete para expresar cólera o por venganza, y no es en respuesta a una idea delirante o una alucinación.

E. El robo no se explica por la presencia de un entorno disocial, un episodio maníaco o un trastorno antisocial de la personalidad.

Surge normalmente en entornos donde se tiene dinero, y si no lo tuviera, la egodistonía (el malestar) es tan grande que regala lo robado o lo tira, por tanto el objeto nunca se lo queda la persona que lo sustrae.

Más que un diagnóstico usualmente es una manifestación de otros muchos problemas de mayor entidad cono los trastornos de ansiedad generalizada, la anorexia, las depresiones neuróticas y los trastornos distímicos.

El comienzo suele ser en la infancia o al principio de la adolescencia y no conviene confundirlo con los típicos robos de los adolescentes, los cuales se quedan lo sustraído y lo disfrutan.

También tendríamos que hacer un buen diagnóstico diferencial con el robo ordinario, el cual es planeado y lo que se obtiene es disfrutado o vendido.

Es importante señalar, puesto que ése en un problema psicológico, que ese tipo de robos está despenalizado judicialmente siempre que se demuestre mediante prueba psicológica pericial que no es un robo ordinario.

Autor.

Fernando Huerta Moreno. 

Humane Centro de Psicología

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