Siempre que se obtiene un cambio de rango, afecta a todo el sistema de relaciones que la persona tiene, tanto a nosotros mismos como a los demás, el prestigio es tan importante para nosotros, como para cualquier otro primate y es una de las necesidades vitales, después de las necesidades básicas.
Cuando ascendemos los demás nos miran quieran o no de otra forma, y nosotros también los miramos de forma diferente a ellos, también si no tenemos cuidado puede cambiar de forma grave todo el universo con los compañeros.
Hemos por tanto de estar muy atentos a nosotros mismos y a los demás para que todo funcione correctamente en el aspecto laboral y relacional.
Lo importante es que esto no cambie las relaciones y los vínculos anteriormente establecidos salvo en la esfera laboral.
La persona ascendida debe discriminar y saber que sigue siendo el mismo como persona en la relación afectiva, y ha de comunicarle esto a sus compañeros, que la afectividad no ha cambiado pero que la última decisión en la solución de problemas y toma de decisiones, ha cambiado, ya que los roles de empresa también lo han hecho.
Las órdenes deben ser claras y concretas, no mandamos personas sino que mandamos misiones. Como se han de hacer y los tiempos en los que han de hacerse.
Es importante que las decisiones se tomen en común, que los otros también participen, aunque al final decida el que ha adquirido el papel de nuevo jefe.
Explicar a las personas que es una obligación del nuevo cargo, que es una cuestión de responsabilidad, y no una demostración de poder para estar por encima de los demás, es gran parte del éxito en la nueva posición.
No dejar de lado la buena relación personal, trabajarla igual que hasta entonces, ser igual de amable y agradable, tolerante, aunque, decidido y suelto con respecto a los aspectos laborales y su liderazgo, pero sólo en este aspecto.
Por supuesto las relaciones fuera del trabajo han de ser igual de relajadas y distendidas que anteriormente.
Dentro, esto ha de hacerse en menor medida pero marcando una distancia mínima y siempre con los datos de trabajo y no con los compañeros, que no haya confusiones.
Si hay conflictos, hablarlos luego siempre en privado y resolverlos, que no queden deudas pendientes que influyan negativamente en la relación tanto personal como laboral.
Así se conseguirá que las relaciones no cambien o se ajusten en un breve período de tiempo, pues lo normal es que tenga que haber un ajuste dentro del sistema de fuerzas que supone la interacción de cualquier grupo. Tranquilidad, paciencia, claridad y diferenciación entro los distintos ambientes para uno mismo y los demás, serían los puntos clave para el éxito del cambio.
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