María y Luis son compañeros desde hace muchos años, se sientan juntos al tener los apellidos seguidos ya que en su colegio la norma es sentarse por orden de apellidos, nunca se han llevado bien, más bien como el perro y el gato, y así acaban el curso antes de irse de vacaciones este último verano.
Siempre se meten el uno con el otro, se dicen cosas negativas y se dan patadas por debajo de la mesa, y de ese tipo de cosas una tras otra a lo largo de todos estos años, no ha habido un solo día en que estos dos compañeros tan cercanos se llevaran bien.
Cuando les preguntas a los padres de María y de Luis dicen que a pesar de estar tanto tiempo juntos, siempre hablan negativamente el uno de la otra y viceversa, que parece mentira que no quieran coincidir nunca en ninguna actividad extraescolar ni tampoco en la urbanización en la que los padres de los dos viven y eso que a ambas parejas les gustaría poder juntarlos porque ellos se llevan bien y harían más actividades juntos si no fuera porque ellos se niegan a ir el uno con el otro.
Han acabado las vacaciones y otra vez empieza el curso, Luis ha cumplido 12 años este mes de agosto y María 11, va adelantada casi un año con respecto a los compañeros y compañeras de su clase.
María llega clase y se sienta en su silla de siempre, Luis entra en clase va hacia su sitio y la dice hola amablemente a María y la mira con una sonrisa, ella le contesta con desdén, diciéndole hola también pero con tono negativo, después se sientan y ella sigue a lo largo del día con el tipo de interacción negativa que tenían antes, pero a cada frase despectiva de María, Luis le contesta con una sonrisa, la mira con agrado y la dice algo agradable, incluso al recibir las típicas patadas, que le daba antes María por debajo de la mesa, Luis responde con agrado, es como si dijera: “ dame otra patadita por favor”.
Los dos están asombrados de su comportamiento, María no entiende por qué, ante su andanada verbal y física de estimulación aversiva, Luis responde de esta manera, no le entiende, pero Luis está aún más sorprendido consigo mismo, no sólo no se defiende de María cuando ésta se mete con él de una y otra forma, sino que parece que le gusta, que está por decirla, por favor dame más caña, métete más conmigo y dame más pataditas y pellizcos, no comprende en absoluto.
¿Qué ha pasado en el cerebro de Luis?
Parece que algo ha cambiado de forma importante este verano, de repente, ha entrado el determinismo de uno de los programas que dirigen nuestra vida con sus metas, en este caso es el del programa genético, que ha puesto por delante de la defensa de los intereses de Luis, tanto verbales como físicos, el agradarla por encima de todo, ya no hay que defenderse según esa programación sino conquistar, seducir, y para eso por supuesto llevarse bien por encima de todo, cueste lo que cueste, porque si no, la meta principal que es en el futuro reproducirse, sería muy difícil o imposible, ahora el pensamiento de Luis así como sus respuestas están bloqueadas, su percepción de los acontecimientos está sesgada, adulterada, porque la meta importante ya no es defenderse sino agradar por encima de todo y además sentirse bien, así que lo que hay que hacer es interpretar la interacción, sea del tipo que sea, como positiva y dar siempre una respuesta favorable y amable hasta hacer que María cambie en su formato de respuesta y en el futuro tener opciones de reproducción con ella, lo que antes era claramente malo, ahora es percibido de forma muy diferente; la atención por parte de María sea del tipo que sea es positiva, es buena y maximizaría las oportunidades con ella, ahora todo lo que haga María es vivido como agradable, le encanta, no puede entrar en contradicción con la programación genética porque sino la especie y su ADN podrían extinguirse. Hay que cumplir ciertas pautas de la programación para llegar a la meta por encima de todo lo aparentemente lógico, y todo lo demás carece de importancia y de sentido, incluido el sentido común; por encima de adecuar la respuesta propia a la recibida está el agradar, incluso hasta esta respuesta que es claramente hostil es interpretada positivamente; ya tenemos dañado el procesamiento de información, ya no hay datos ciertos, ni interpretación coherente de los mismos ni por supuesto etiquetado objetivo de lo que nos pasa con la compañera María, ahora hablamos de una meta mucho más importante que defender la dignidad, el dolorcillo físico, hablamos de la replicación futura de nuestro ADN y eso sí que es importante, por lo que todo lo demás son paparruchas y tonterías, lo primordial es que nos cuadre lo que queremos ver, con lo que todo lo que haga María es una maravilla, independientemente de todo y por encima de todo; hay que ganársela y que me pueda hacer caso algún día en la dirección que le interesa a mi programa genético, con lo cual todo lo que vaya en contra de los fines de éste, no será percibido por nuestro amigo Luis por muy negativo que sea.
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