Si revisamos las diferentes sociedades desde la perspectiva de los tiempos, veremos que siempre ha habido apogeos y declives, y que las que antes y durante muchísimos años fueron sociedades prósperas, ahora no lo son y viceversa, que muchas de las que fueron sociedades pobres en su momento ahora son florecientes, e incluso algunas fueron civilizaciones dominantes y muy potentes en su momento, después tuvieron durante un largo período de tiempo de muchísimos años o incluso siglos de decadencia y estancamiento, y han vuelto a aflorar con gran fuerza y con muy buenas perspectivas en el corto, medio y largo plazo.
Todos somos iguales genéticamente, y este programa, el genético, nos impulsa a luchar por nuestra existencia, estemos donde estemos y vivamos donde vivamos, nos empuja a la supervivencia de nosotros mismos y de nuestra especie por encima de todos los condicionantes climáticos, geográficos y de cualquier otro tipo. Este programa, por lo tanto, no representa diferencias entre el éxito y el fracaso en la obtención de recursos entre los distintos países, no es una variable a tener en cuenta en el tema que nos ocupa.
Pero tampoco la posición geográfica, ya que países donde la vida es muy difícil por condiciones externas en cuanto a clima y recursos naturales, sin embargo viven o han vivido muy bien, y también lo contrario, en donde hay un climatología y recursos donde sobrevivir es más sencillo en teoría, sin embargo hay más pobreza, pero también ocurre lo opuesto a lo dicho anteriormente, todo depende de a qué tiempos nos remontemos para observar, que en esas zonas haya mucha cuantía económica y calidad de vida, grado de civilización, potencia cultural, militar, influencia… por lo tanto este factor tampoco es determinante.
El programa patológico, en función de los diferentes guiones nos hace, que unas personas vivan solamente para matarse a trabajar, olvidándose de la vida lúdica y de las relaciones personales, y otras que están en el extremo opuesto, no hacen prácticamente nada o casi nada laboral y se dedican a la vida lúdica y el asueto por encima de todo, puedan o no con las repercusiones que esto tiene para sus vidas y la de los suyos. Los demás están a lo largo de los extremos repartidos con sus virus particulares, sin que estos generen grandes diferencias laborales o productivas en sus sociedades a nivel grupal. Podemos decir entonces, que esta variable tampoco genera una diferencia importante a nivel de sociedad para hacer que ésta, esté nadando en la abundancia o en la miseria.
Entonces, de qué depende que tengamos un país rico o pobre a nivel económico, y las correlaciones importantes para las vidas de esos habitantes que conlleva este nivel de prosperidad en el bienestar de una sociedad.
Y por cuánto tiempo estará esa sociedad en uno de los extremos o en el medio, en cuanto a riqueza o pobreza material y de medios de civilización, que representan la calidad de vida en la que se unen dinero y progreso.
Pues realmente el único factor realmente importante en la cuestión que nos atañe es el programa cultural, es decir, los datos que conjuntamente tienen más o menos en común todos los habitantes de un país. En tanto en cuanto ese programa y sus contenidos sean adaptativos al entorno, hará a esa sociedad estar ajustada con respecto a sí misma y a las otras; a tener ventajas cualitativas y cuantitativas con respecto a las demás, haciendo que sea competitiva y predominante.
Mientras ese programa, el cultural, esté adaptado a las demandas requeridas, a ese país o sociedad le irá bien. Cuando ese programa se empiece a quedar atrás, dejará de funcionar, nos alejaremos de la realidad y de forma proporcionalmente correlativa al desajuste entre demandas externas y los contenidos internos, irá cambiando y lo que antes era prosperidad se transformará en decadencia, porque se pierde la contingencia con respecto a la realidad exterior. Lo que creemos qué hay que hacer y cómo ya no es válido, estamos dando respuestas incorrectas para que suceda aquello que querremos que ocurra y lo que obtenemos es lo contrario.
Es como si para abrir una caja fuerte tecleáramos las letras y los números equivocados, en este caso no se abriría; podemos enfadarnos, golpear la caja, deprimirnos, pero ningunas de esas acciones hará que podamos acceder a ella.
Por poner un ejemplo más mordaz, sería como cuando un perro se asusta porque suena un petardo, y ladra y ladra sin parar, con gran fuerza y coraje enseñando potentemente sus colmillos en la terraza de casa; nada consigue porque los niños siguen tirando petardos en la calle, y sin embargo, se sigue asustando, sufriendo y gastando mucha energía de forma absurda.
Las sociedades progresan cuando tienen en el programa cultural datos verdaderos científicamente. Estos son realmente los recursos mentales que nos hacen adaptativos para poder sobrevivir lo mejor posible en un entono, y fuera de esos datos acertados en el pensamiento y la ejecución de estos contenidos, todo lo demás no valdrá para nada, estaremos perdidos si no los rectificamos adecuadamente e iremos desajustándonos y hundiéndonos progresivamente. Mientras, los que hacen lo contrario, es decir, piensan adecuada e inteligentemente, se ajustan y emergen.
El entorno se ha ampliado, antes competíamos con los que estaban al lado, primero en nuestro propio país, después con el de al lado, pero progresivamente se ha ido haciendo más y más grande la zona de competencia y ahora todos competimos con todos por los recursos, con lo que vendemos y con lo que compramos, el mundo se ha globalizado por completo.
Ahora pasa lo que nunca ha ocurrido, que la persona que te quita el puesto de trabajo no es tu compañero, ni el nuevo que vaya a entrar en la empresa, sino alguien que está en el país vecino o a 3.000 o 11.000 kilómetros, porque hace lo mismo que tu haces mejor, más nuevo, más barato o por cualquier otra razón o razones.
Con lo cual, las sociedades que quieran vivir mejor o sobrevivir con cierto bienestar, deben ajustar sus pensamientos y sus acciones del programa cultural, deben cambiar sus datos obsoletos, falsos realmente, a verdaderos científicamente, más pronto que tarde, pensar adecuadamente en relación a la nueva situación sin quedarse enganchados a conceptos y por tanto ejecuciones que ya no son válidos y que solamente producen desajuste a este nuevo mundo y que llevarán a esa sociedad a la degradación económica, social y del bienestar general de la misma.
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